Yo camino solo, observo todo y lo disfruto, a veces tan incomodo, me siento diminuto.
ZPU
El trabajo del arquitecto es una respuesta al espacio, que demanda, y también una pregunta: cómo transformarlo.
Alvaro Siza
Solamente los muertos no retornan.
Bertrand Barère de Vieuzac
Desvió la mirada, pero no lloró; o si lo hizo, rechazó las lágrimas como lo haría un demonio, con sus zarpas ardientes, cuando ve llegar una nueva víctima para la tortura y, arrepintiéndose de su arrepentimiento, rechaza la mancha de la compunción y se apresta a su tarea con renovada diligencia.
Charles Maturin
Cuando me incorporé a la política las mujeres estábamos a la par con los hombres. No éramos políticos, éramos militantes.
Cristina Fernández De Kirchner
Hasta el romano indigente se sentía orgulloso de poder decir civis romanus sum; Roma y el Imperio eran su familia, su hogar, su mundo.
Erich Fromm
Estoy metido en política otra vez. Sé que no sirvo para nada, pero me utilizan y me exhiben. Poeta, de la familia mariposa-circense, atravesado por un alfiler, vitrina 5.
Jaime Sabines
La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía.
José Martí
Mientras religión y ética pueden dirigirse al individuo aislado y podrían existir en un solo hombre sobre el mundo, la política necesita para su posibilidad la existencia de la sociedad.
María Zambrano
Cuando conocí la humillación y aun así seguí caminando, entendí que era libre para escoger mi destino.
Paulo Coelho
Y si se apagan las luces, y si se enciende el infierno, y si me siento perdido sé que tú estarás conmigo, con un beso de rescate.
Ricardo Arjona
Lo que para un oficial es el honor, para el campesino la propiedad, es para el comerciante el crédito.
Rudolf von Jhering
La avaricia y la arrogancia son los principales vicios de los poderosos.
Tácito
Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí, ¡noche ardiente y nutricia!
Walt Whitman
La carrera del pródigo se parece a la del sol; pero no se renueva como la de éste.
William Shakespeare
El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Winston Churchill