La paz sólo será garantizada con el respeto mutuo a la soberanía y la integridad territorial. La violación de la soberanía e integridad territorial y la intervención en los asuntos internos de cualquier país perjudicarán inevitablemente la paz. Si todos los países se comprometen a la no agresión mutua se podrán crear las condiciones de coexistencia pacífica en las relaciones interestatales.