Frase de Yukio Mishima

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Necesitaba consolarme. A menudo acudía a unas veladas que tenía lugar en casa de un viejo amigo aun sabiendo que sólo me dejaban las h... - Yukio Mishima

Necesitaba consolarme. A menudo acudía a unas veladas que tenía lugar en casa de un viejo amigo aun sabiendo que sólo me dejaban las heces de una charla vacía y un regusto amargo.

Yukio Mishima

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Explorar Frases

Ninguna fortaleza es tan inexpugnable que no puede entrar en ella un mulo cargado de oro.

Alejandro Magno

La manzana no puede ser vuelta a poner de nuevo en el árbol del conocimiento; una vez que empezamos a ver, estamos condenados y enfrentados a buscar la fuerza para ver más, no menos.

Arthur Miller

Antes, ser adolescente era un momento de no identidad. Pero desde los sesenta la juventud es un grado. La corbata se convirtió en anatema; el sostén, en mordaza.

Carmen Posadas

Sólo la virtud tiene argumentos poderosos contra el pesimismo.

Clarín

Recompensa la injuria con justicia, y la bondad con bondad.

Confucio

Nada retrocede tanto como el progreso.

E. E. Cummings

La historia sigue viviendo en la mente, como el sueño más vívido.

Emily Mortimer

Guardo de España unos recuerdos atroces, pero muy pocos malos recuerdos de los españoles.

George Orwell

¿Qué queréis, Señor, de mí?

Ignacio de Loyola

En la corrección cuida mucho de no ruborizar ni humillar a tus alumnas.

Jerónimo Usera

Cualquiera puede representar cualquier cosa a la luz del día. Pero sólo por la noche, después de que el mundo se ha oscurecido, aparece nuestro yo real.

John Katzenbach

El buen lenguaje clásico llamaba doméstico a todo hombre que servía. Y era justo. El hábito de la servidumbre trae consigo sentimientos de domesticidad, en los cortesanos lo mismo que en los pueblos.

José Ingenieros

La crítica es el ejercicio del criterio: destruye los ídolos falsos, pero conserva en todo su fulgor a los dioses verdaderos.

José Martí

Si debo morir, Dios no lo quiera, que éste sea mi epitafio: La única prueba que necesitaba de la existencia de Dios era música.

Kurt Vonnegut

Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.

Oscar Wilde