Nuestras palabras no son más que migas que caen del banquete de la mente.
Yibrán Jalil Yibrán
Y que a pesar que me parece hasta mentira puede que la vida siga, pero si tú no estas para qué.
Alejandro Sanz
Cae ya París, Londres caerá en escombros, París no, Berlín sí, Roma no.
Benjamín Solari Parravicini
A finales del siglo XX el joven Montano, que acababa de publicar su peligrosa novela sobre el enigmático caso de los escritores que renuncian a escribir, quedó atrapado en las redes de su propia ficción y se convirtió en un escritor que, pese a su compulsiva tendencia a la escritura, quedó totalmente bloqueado, paralizado, ágrafo trágico.
Enrique Vila-Matas
Nadie guarda mejor un secreto que el que lo ignora.
George Farquhar
¡Ah, qué valientemente trato de arrancar de los corazones de los demás lo que se ha prendido tan fuerte en el mío!
Herman Melville
El poeta ve algunas cosas que no ven las otras personas o que el trabajo no permite observar, además ha aprendido una técnica para decir esas cosas de una manera no sólo eficiente sino de una manera entrañable, por lo tanto la sociedad tiene que ver muchísimo con la entraña del poeta.
Hugo Gutierrez Vega
Hay naturalezas nerviosas que se estremecen cuando estalla un cohete y nada sienten cuando truena el cañón. Hay almas que se escandalizan de una falta y no se alarman ante un crimen.
Ignacio Manuel Altamirano
El individualismo se consideraba una forma de demencia, como ser poseído por un demonio.
Isabel Allende
Mrs. Allen pertenecía a la categoría de mujeres cuyo trato nos obliga a preguntarnos cómo se las arreglaron para encontrar la persona dispuesta a contraer matrimonio con ellas.
Jane Austen
Los mejores médicos del mundo son: el doctor dieta, el doctor reposo y el doctor alegría.
Jonathan Swift
Más daño produce en el mundo el egoísmo que la maldad.
José María Tallada
Si los grandes hombres no hubiesen cometido errores, no sabríamos que han existido.
Louis Scutenaire
La fuerza que sacamos del rencor y de la irritación es sólo debilidad.
Madame Swetchine
Los racionalistas envejecidos y con una melancolía fin de milenio comprobamos una vez más que los vicios, como los tópicos, no por absurdos son menos necesarios: necesitamos jefes para no creer en nosotros mismos y necesitamos peligros ya conocidos porque presentimos que son mucho peores los que aún no nos atrevemos a conocer.
Manuel Vázquez Montalbán
Cada uno de los cinco sentidos es filósofo.
Ramon Llull