¿Y cuál es la última revolución que tú dices? No existe ninguna revolución final o última, como quieras llamarla, pues la cifra de las revoluciones es también infinita.
Yevgueni Zamiatin
No tengo ninguna estima por el hombre que a los veinte años no ha sido nacionalista o comunista.
Alphonse Daudet
La experiencia es la única profeta de los hombres sabios.
Alphonse de Lamartine
Cuando un hombre se ve bien vestido, se siente con buen ánimo y excelente humor.
Charles Dickens
La compañía de un poderoso nunca es de fiar.
Fedro
La fase de civilización en la que se encuentra este pueblo está aun muy lejos de la que hemos alcanzado en Europa. No existe en el Perú ningún instituto para la educación de uno u otro sexo.
Flora Tristan
Creo que mi mayor ambición en la vida es transmitir a otros lo que sé.
Frank Sinatra
En la naturaleza no hay recompensas o castigos; hay consecuencias.
Horace Annesley Vachell
Uno puede recobrarse del orgullo, la cólera, la gula y la pereza; pero es una especie de milagro que se corrija un corazón maligno y envidioso.
Jeanne Marie Leprince de Beaumont
Yo estaba contra las adquisiciones. Ahora vamos a comprar todo lo que veamos. Bueno, eso es un poco exagerado. Somos un poco más estratégicos que eso.
Larry Ellison
La ciencia no nos da certeza absoluta y definitiva. Solamente nos da seguridad dentro de los límites de nuestras habilidades mentales y del estado en el que esté el pensamiento científico.
Ludwig von Mises
El mundo está malo, le duele el Asia.
Mafalda
No soy ni mucho menos ateo, pero no puedo creer todo lo que me dicen en contra de mi razón sin ser falso e hipócrita.
Napoleón Bonaparte
El desierto me parecía un lugar inquietante, no podías saber quien estaba enterrado allí.
Robert De Niro
Sí, hubo oportunidades, estoy seguro que habían, en donde había que mandar todo a la mismísima mierda. Pero al final, cuando había dudas, me lo inyectaba, o lo mandaba a la mierda. Lo enfrenté todo, y lo hice a mi modo.
Sid Vicious
Los caracteres débiles se convierten siempre sólo en artistas débiles.
Thomas Bernhard