Lo que debemos desarrollar es la sensibilidad, la actividad del cuerpo y del espíritu conjuntamente. Hace falta que desde la infancia se diga "puedo emplear mi cuerpo, hago una obra de él; tengo dones en todos los sentidos, los conozco en mí y puedo apreciarlos en los demás, puedo por tanto hacer cosas bellas con ellos".
Planear etérea con los estigmas torácicos, y sólo un gramo de congoja para que te derribe el viento.