¡De ti nunca se sacian los ojos!
Yehuda Haleví
La forma de ver mediante la fe es cerrar el ojo de la razón.
Benjamin Franklin
Desearte es ver todos los árboles y el cielo, el agua y el aire en ti. Mi vida se ha hecho simple, clara, ardiente, limpia.
César Moro
Toda su vida fue un viaje doloroso, inacabable y sin ojeto alrededor de su sexo.
Gregorio Marañón
El pensamiento justo y la acción correcta por parte del pueblo no pueden dejar de incidir sobre el gobierno.
Indira Gandhi
La inteligencia no es sólo un ingenioso sistema de respuestas, sino también un incansable sistema de preguntas.
José Antonio Marina
La cuestión de la integración no es cuestión de agrandar los mercados, sino de tener una voz potente en el mundo.
José Mujica
La misma constancia no es sino un derrumbamiento más lento.
Michel de Montaigne
Cualquier aseveración que repitas con frecuencia, o cualquier deseo que siembres profundamente en tu mente a través de la repetición de una afirmación, acabarán indagando expresión a través de tus esfuerzos corporales, físicos, externos.
Napoleon Hill
Los momentos más lindos como cura son los que pasé con la gente. Eso me queda siempre en el corazón, el haber caminado junto a un pueblo que busca a Jesús.
Papa Francisco
La mayoría de los escritores son gente tan fea que sus caras destruyen un sentimiento que quizá podría haberles sido favorable. Quizá soy demasiado sensible, pero varias veces me he sentido tan repugnado por esas caras que no he podido leer los libros sin que la cara se interpusiera. Especialmente esas caras de mujeres maduras gordas con ojos de cuervo.
Raymond Chandler
Cosechar en el verano es de sabios; dormirse en la cosecha es de descarados.
Salomón
La amistad siempre es provechosa; el amor es el que a veces hiere.
Séneca
Quien no ha recibido un mordisco en el corazón no sabe lo que es la vida.
Es la resistencia habitual de los seres femeninos, porque es propio de la naturaleza de la mujer entregarse bajo la forma de resistencia.
Søren Kierkegaard
No le hice mal a nadie. Habría que ver cuáles son las malas palabras. Hay otras peores que las que digo yo: como hambre, guerra, enfermedad.
Tita Merello