Has sufrido tormentos pero aún así sigues estando lejos de Dios, porque no has alcanzado tu objetivo de destruir al yo. Tus tormentos no cesarán hasta que perezcas. No puedes llegar al tejado a no ser que asciendas por la escalera. Si faltan dos travesaños no podrás subir por ella, si la cuerda del pozo es demasiado corta el cubo no llegará al agua.