De pequeño siempre quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y sólo pudieron comprarme una hormiga.
Woody Allen
El yo, no es un ser que permanece siempre el mismo, sino el ser cuyo existir consiste en identificarse, en recobrar su identidad a través de todo lo que le acontece.
Emmanuel Lévinas
El hombre es perecedero. ¡Puede ser! Empero perezcamos resistiendo; y, si nos está reservado el volver a la nada, hagamos que ello no pueda menos de ser una njusticia.
Étienne Pivert de Senancour
En una sociedad de consumo, de ofertas, de tentaciones, la idea del saqueo puede transformarse en una gran fiesta.
Fernando Savater
La muerte sólo será triste para los que no hayan pensado en ella.
François Fénelon
Supongo que me podría haber quedado en casa y hornear galletas y tomar tés, pero lo que decidí hacer fue cumplir con mi profesión en la que entré antes de que mi marido estuviera en la vida pública.
Hillary Clinton
La confianza es el pegamento emocional que mantiene a los seguidores y a los líderes unidos.
John C. Maxwell
Alejandro, César, Carlomagno y yo fundamos imperios, pero ¿sobre qué cimentamos las creaciones de nuestro genio? Sobre la fuerza. Solo Jesucristo fundó su reino sobre el amor, y hoy día millones de hombres morirían por él.
Julio César
No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero.
María Zambrano
El Estado me da una educación y una instrucción adecuada a él y no a mí.
Max Stirner
Soy Peter Pan en mi corazón.
Michael Jackson
Las mujeres no conceden a la amistad más que lo que sisan al amor.
Nicolas Chamfort
El síndrome de la celebridad. Las personas olvidan quiénes son y creen lo que los demás dicen sobre ellas.
Paulo Coelho
Los oprimidos han de ser el ejemplo de sí mismos, en la lucha por su redención.
Paulo Freire
Los triunfadores no lloran jamás. Es que no tienen motivos. Son triunfadores.
Pedro Juan Gutiérrez
Quiero dirigir, porque dirigir hace que tenga que pensar más, y que tenga que involucrarme más, tomar mis propias decisiones y mis propios errores. Es más exigente. El actor es quien tiene que levantarse, ir, meterse en el barro y hacerlo. A cambio, tenés algunos días libres. Pero si estás dirigiendo, no tenés ni un minuto, de la mañana a la noche.
Robert De Niro