La alta sociedad es para aquellos que han dejado de trabajar y no tienen ya nada importante que hacer.
Woodrow Wilson
La vida no es ni un placer ni un dolor, sino un negocio muy serio que nos ha sido encomendado y que debemos llevar honrosamente hasta el fin.
Alexis de Tocqueville
¿Por qué llorás, banquerito? venid, dime la verdad, ¿Será el Perú, será Cuba, la causa de tu penar, los amantes de tu esposa, tu precoz senilidad?
Ángel Parra
Lo que pasa es que he perdido el gusto de destruirles, y me siento con muy pocas ganas de destruir.
Emily Brontë
El gran enemigo de la democracia es la militarización del pensamiento político.
Fernando Morán
Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad.
Héctor Tassinari
Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente
El libro del estratega dice: No provoques la lucha, acéptala; es mejor retroceder un metro que avanzar un centímetro.
Lao-Tse
Quien se arrodilla ante el hecho consumado es incapaz de enfrentar el porvenir.
León Trotski
Ante el rico y poderoso hay que mantenerse orgulloso.
Loquillo
La existencia de un Ejército Rojo regular bastante fuerte es una condición indispensable para la existencia del Poder rojo.
Mao Zedong
Luz y oscuridad, vida y muerte son simplemente dos partes inseparables de la vida. Sin la oscuridad no conoceríamos la luz y sin la maldad no conoceríamos la bondad. Lo bueno y lo malo van de la mano, no se los puede separar.
Marilyn Manson
Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo.
Mary Shelley
Las enseñanzas de los grandes filósofos Sócrates y Platón no pueden, en modo alguno, armonizarse con las del Nuevo Testamento.
Oscar Cullmann
En un incendio sin explicación, hay un silencio del tamaño del cielo.
Oswald de Andrade
¡Oh destino implacable de las sociedades humanas, que perdéis los hombres y las almas en vuestro camino! ¡Océano en que cae todo lo que deja caer la ley! ¡Siniestra desaparición de todo auxilio! ¡Muertemoral!
Victor Hugo