En esos desfiladeros trágicos el viento se lleva los sombreros, y es inevitable: la imagen nos da risa.
Wislawa Szymborska
El Dios Todo Amoroso creó al hombre para que irradie la luz divina e ilumine al mundo por sus palabras, su acción y su vida.
Abdu'l-Bahá
En la vida esta permitido caerse, pero es obligatorio levantarse.
Alejandro Sanz
Es que yo no puedo ver a esos de las bandas. Esos son más rojos que un pavo, los hijos de puta...
Alfonso Rus Terol
No discutir jamás en las conversaciones de sociedad. Si alguien no es de vuestra opinión, ceded y hablad de otra cosa.
Benjamin Disraeli
Cuando hay clase, la velocidad es una minucia.
Carlos Ruiz Zafón
Todo aquello que un novelista vive o siente, servirá de combustible para la hoguera insaciable que es su mundo de ficción.
Carmen Laforet
El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve sin miedo a la batalla.
Dolores Ibárruri
Nietzsche afirmó la preeminencia de la vida sobre la ciencia; para él, como para Kierkegaard, la existencia no puede ser regida por las razones, porque la vida es contradictoria y paradojal.
Ernesto Sabato
Madrid lo hicieron entre Carlos III, Sabatini y un albañil de Jaén, que era el que se lo curraba.
Francisco Umbral
Rara vez se equivoca quien piensa de las mujeres lo peor que puede.
John Home
Con libertad no ofendo ni temo.
José Gervasio Artigas
¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? -Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar, dijo el Gato. No me importa mucho el sitio, respondió Alicia. Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes, le contestó el Gato.
Lewis Carroll
En las venturas de amor, dice el que más calla.
Pedro Calderón de la Barca
En verdad que aquél era un estudio, casi una biblioteca. Se trataba de una habitación de cielo raso elevado, con dos ventanas altas y estrechas, de cortinas oscuras y suntuosas. Era mucho más amplia de lo que había supuesto, con todas las paredes cubiertas de libros, desde el piso hasta el techo.
Sheridan Le Fanu
Si hacemos una buena acción simplemente por amor a Dios y el convencimiento de que ello le complace, ¿de donde proviene la moralidad del ateo?... Su virtud, pues, debe haber tenido otro fundamento que el amor de Dios.
Thomas Jefferson