Para bien o para mal, el dominio del aire es hoy la máxima expresión del poderío militar. Las flotas y los ejércitos, aunque necesarios, deben aceptar un lugar subordinado.
Winston Churchill
Asusta pensar que acaso las admiraciones más sinceras que tenemos son las de las personas que no nos han comprendido.
Benito Pérez Galdós
Una huelga de intelectuales, que es un supuesto improbable, paralizaría la marcha del mundo.
Camilo José Cela
Un pueblo gobernado despóticamente y en el que se mantiene el orden por medio de castigos, puede evitar la infracción de la ley, pero perderá su sentido moral.
Confucio
Curiosamente, algunas canciones realmente no quieren ser escritas.
David Bowie
Las guerras se hacen para producir deudas.
Ezra Pound
La vida es un diez por ciento como la hacemos y un noventa por ciento como la tomamos.
Irving Berlin
El talento poético nace, en los espíritus muy vivos, de la impotencia para razonar.
Joseph Joubert
No puedo, en nombre de la disciplina del partido, entregarme al culto del personalismo,...
León Trotski
Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas.
Louis Emmanuel Dupaty
Es luz, claridad, es todo tiniebla, innombrado, ignorado, liberado del principio y del fin, yace tranquilo, desnudo, sin vestido.
Maestro Eckhart
Yo no soy populachera para nada, el público me ama, el público me respeta, pero con un amor elevado al cubo.
María Félix
Nunca olvides lo que eres. El resto del mundo no lo olvidará. Llévalo como un escudo y nunca podrá ser usado para herirte.
Peter Dinklage
La educación nos procura la fecundidad del pensamiento, una copiosa erudición, vigorosa rapidez, fantasía, palabras, imágenes, ejemplos; embellece los objetos más comunes y nos da la facultad de divertirnos sin perder la dignidad y sin que parezcamos necios.
Sydney Smith
Vive con seguridad quien hace lo que puede sirviendo.
Vicente Espinel
La frase "amor desgraciado" entraña, como hemos visto, una contradicción lógica; pero, psicológicamente considerada, esta frase expresa una especie de despecho.
Viktor Frankl