El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Winston Churchill
Jugamos el juego con determinación. Nos importa un carajo nuestra reputación. No es un juego, es una revelación.
Alanis Morissette
Te compraría mil millones de hamburguesas pero sabes que no me gustan los derroches.
Alec Baldwin
Yo creía que el odio que sentía era mío, hasta que descubrí que procedía de los auriculares.
Andrés Rábago García
Lo que hace falta es más conocimiento.
Eduardo Punset
La adscripción a la interpretación comunista china o a la italiana o a la rusa o al comunismo según la visión de Trotsky, crea murallas insuperables entre los distintos grupos.
Felipe González
La España del castellano es grande, pero lo es más sumada a la España del catalán, la del gallego y la del euskera. La España democrática, la España Constitucional, es inseparable del valor de la diversidad y del respeto a su ejercicio cotidiano por todos los ciudadanos.
José Luis Rodríguez Zapatero
¡Ay, papá! Las cosas del mundo parecen cosas del infierno.
Manuel Tamayo y Baus
Este vivir que es el vivirdesnudo ¿no es acaso la vida de la muerte?
Miguel de Unamuno
Yo vivo entre millones que se buscan unos a otros, a ver decidme ¿a quienes buscáis vosotros?
Nach
PP y PSOE están haciendo de este país un botín que se reparten haciendo la misma política al servicio de los mismos intereses.
Pablo Castellano Cardalliaguet
Sostener la Copa del Mundo en mis manos es uno de los momentos más increíbles de mi vida.
Ronaldo
No existe ningún ser humano lo bastante fuerte e inteligente para evitar mediante palabras o acciones el destino fatal que le deparan las leyes inevitables de su propia naturaleza y carácter.
Sándor Márai
La cosa más importante a la hora de generar suspenso es lograr la identificación con un personaje. Hay que tomarse el tiempo necesario y hacer que el lector se preocupe por los personajes de la historia.
Stephen King
Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga.
Victor Hugo
¿Sería que una muchacha profundamente dormida, que no dijera nada ni oyera nada, lo oía todo y lo decía todo a un anciano que, para una mujer, había dejado de ser hombre?
Yasunari Kawabata