Nunca rendirse, nunca, nunca, nunca, nunca, en nada grande o pequeño, enorme o minúsculo, nunca rendirse salvo a las convicciones de honor y el buen sentido.
Winston Churchill
El socialismo es una nueva forma de esclavitud.
Alexis de Tocqueville
Son de esa clase de hombres que parece que estén fumando puros incluso cuando no están fumando puros.
David Foster Wallace
Si se ha de escribir correctamente poesía, no basta con sentirse desfallecer en el jardín, bajo el peso concertado del alma o lo que fuere y del célebre crepúsculo o lo que fuere.
Enrique Lihn
La concepción de las recetas está pensada para que la armonía funcione en raciones pequeñas.
Ferran Adrià
Así somos, y nada podrá redimirnos, dijo. Un continente concebido por las heces del mundo entero sin un instante de amor: hijos de raptos, de violaciones, de tratos infames, de engaños, de enemigos con enemigos.
Gabriel García Márquez
Vuestra vida vale más que cualquier obra de arte.
George Clooney
La desdicha es el vínculo más estrecho de los corazones.
Jean de La Fontaine
Naúseas, aunque tengo que reconocer que él es un buen chico.
Jesús Gil y Gil
En el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor.
Juan de la Cruz
Todos decimos que queremos hacer algo diferente, pero siempre terminamos haciendo lo mismo.
Leonardo DiCaprio
Una organización empresarial cuyos empleados son felices es más productiva, tienen la moral más alta y cambia menos de personal. Por consiguiente, cualquier directivo que quiera que su organización prospere ha de saber qué es lo que hace feliz a la gente y poner en práctica ese conocimiento de la forma más eficaz posible.
Mihály Csíkszentmihályi
La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible.
Orison Swett Marden
Forma y contenido son lo mismo en la obra de arte: son sustancia.
Walter Benjamin
En su mundo de oscuridad total los ojos y la boca son un órgano que salta hacia delante para morder con dientes transparentes...
William Burroughs
Nadie puede medir sus propios días, hay que resignarse. Sucederá como desee la providencia.
Wolfgang Amadeus Mozart