El amor más duradero es el amor no correspondido.
William Somerset Maugham
Yo no entiendo por qué me importa tanto un hombre cuando existen tantas cosas mejores a mano.
Amy Winehouse
Odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia.
Anónimo
Sí, me apartaré. Prefiero lamentarme de tu ausencia que de ti.
Antonio Porchia
Desprecia la opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una de sus palabras y de sus acciones. No idealices. No esperes nada de nadie.
Bernardo Stamateas
Un ateo tiene que saber mucho más que lo que yo sé. Un ateo es alguien que sabe que no existe un dios. Según algunas definiciones, el ateísmo es muy estúpido.
Carl Sagan
Si yo expongo mi vulnerabilidad, a partir de ese momento no solo estoy libre de cualquier reproche o recriminación por su parte hacia mi carencia o defecto, sino que, además, soy percibido como un hombre valiente y congruente sin el peso de tener que ocultar algo incómodo.
Egoland
Un ideal fijo es condición para toda clase de revoluciones.
Gilbert Keith Chesterton
Se puede crear pintura, escultura y música abstracta, pero una casa, un amor y un poema no pueden ser abstractos.
Gloria Fuertes
En asuntos de amor los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca.
Jacinto Benavente
No han matado a un hombre, han matado a un entendimiento.
José Ortega y Gasset
Los grandes hombres son como las águilas. construyen sus nidos en elevada soledad.
Juan Gómez-Jurado
Cuando eres complaciente y estás junto a alguien que siempre piensa lo peor de ti, te sientes miserable.
Lisa Kleypas
Cabezeo de cabeza.
Manu Carreño
Las declaraciones del Presidente del Gobierno son un acto de cobardía sin límites y suponen una humillación más... se comporta como una persona que no cumple su principal obligación: someterse a la Ley... Ahora se mendiga una tregua.
Mariano Rajoy
Wagner veía en el arte un arcano sagrado, una panacea para los males de la sociedad, mientras que Tolstói, hacia el final de su vida, lo rechazaba como un lujo frívolo.
Thomas Mann