Un avaro llega a ser rico aparentando ser pobre; un derrochador se hace pobre a fuerza de parecer rico.
William Shenstone
Vida y muerte sueños son, y todo en el mundo sueña Sueño es la vida en el hombre, sueño es la muerte en la piedra.
Ángel Ganivet
No podrá esperarte más. Porque has llegado.
Antonio Porchia
El Mundo está sediento de Amor: aplácalo.
Arthur Rimbaud
Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo.
Arturo Uslar Pietri
Nada puede hacerme daño excepto yo mismo; el mal que me agobia lo llevo conmigo y jamás sufro realmente sino por mi culpa.
Bernardo de Claraval
Tu ausencia es un tormento que tortura sin matar.
Enrique Santos Discépolo
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Facundo Cabral
Los tres pilares del trípode del consentimiento son el deseo, los datos y la duda. La eficiencia y la honestidad tienen muy poco que ver con ello. El deseo reúne a los participantes, los datos establecen los límites de su diálogo. La duda enmarca las preguntas.
Frank Herbert
Ninguna ciencia hay en que más se necesite saber la verdad, que en la de gobernar a los pueblos. En ellas es preciso atender no sólo a las verdades teóricas, sino a las de hecho.
Juan Bautista Morales
Aquí debo haber nacido y aquí debo haber muerto.
Kim Novak
Te dices: Me marcharé a otra tierra, otro mar, a una ciudad mucho más bella que lo que esta pudo ser o anhelar. ¡Ah! ¿No comprendes que al arruinar tu vida entera en este sitio, la has malogrado en cualquier parte del mundo?
Lawrence Durrell
Cuanto más sepáis de todo, mejor. Por saber muchísimo no os va a pasar nada malo, luego ya veremos. Si uno es ingeniero o futbolista, se le abren todas las puertas del mundo.
Mariano Rajoy
Sin rabia, nada cambia.
Pablo Hasél
Mirad cómo nos llevamos a vuestros hijos y los sacrificamos sin que podáis hacer nada al respecto. Si levantáis un solo dedo, os destrozaremos a todos, igual que hicimos con el Distrito 13.
Suzanne Collins
Julio César y otros emperadores que vinieron después de él obtuvieron ese mismo testimonio, es decir, fueron canonizados como santos.
Thomas Hobbes