Ningún minuto de nuestra existencia debía pasarse sin ningún placer.
William Shakespeare
El ser más insignificante puede ser amado, si sabe organizar la incertidumbre.
André Maurois
Para nuestros propios defectos somos topos; para los ajenos, linces.
Anónimo
El primer vínculo de la sociedad es el matrimonio; el siguiente, los hijos, y después, la familia.
Cicerón
En estos tiempos a nadie le da lustre háber nacido segundón de casa, grande:..
Eduardo Marquina
La idea de que algún día miremos hacia abajo, y veamos los pasos torcidos que hemos dado, desde un lugar más seguro, debe ser algo precioso.
Emily Dickinson
La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos.
Epicuro
Es un arca de besos de bocas ya cerradas, es eterna cautiva, del corazón hermana.
Federico García Lorca
Sólo las sorpresas de la guerra pueden subir un hombre inculto al poder.
José Martí
Si el soberano pone en práctica un gobierno benevolente, el pueblo le amará más que a todo y morirá por sus jefes.
Mencio
Alguna vez se dijo, glosando a Yrigoyen, que había que empezar de nuevo. Empezar de nuevo a mi juicio es detenerse un poco en la marcha, para reconstruir las filas y hacer balance de circunstancias.
Ricardo Balbín
Si no cantara el gallo igual amanecería.
Roberto Fontanarrosa
Ella era una chica plástica de esas que veo por ahí, de esas que cuando se agitan sudan chanel number three.
Rubén Blades
En lo que a mí respecta, en cierto sentido Sinéad O'Connor descansa en paz. Esa encarnación ya no existe. No quiero interpretar ninguna de esas canciones nunca más. Voy a hacer discos religiosos el resto de mi vida.
Sinéad O'Connor
La teoría no es un simple vehículo que resulta superfluo tan pronto como se poseen los datos.
Theodor Adorno
El sentido del mal consistía en sobrevivir a él y estaban decididos (sin haber sido conscientes jamás de haberse hecho ese propósito) a sobrevivir a las inundaciones, a los blancos, a la tuberculosis, al hambre y a la ignorancia. Conocían bien la rabia, pero no la desesperación, y no lapidaban a los pecadores por la misma razón que no se suicidaban: estaban por encima de esas cosas.
Toni Morrison