Mañana, y mañana, y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día.
William Shakespeare
No hay ciencia alguna sin el conocimiento exacto de los lugares geográficos, de sus diferencias y de las causas de ello; los que no se preguntan por estas cosas, cometen un grave error.
Alberto Magno
Sólo el que no ama está exento de dolor, pero quien a nadie ni a nada ama está muerto.
Anónimo
En toda relación erótica, los amantes intuyen siempre la verdad, y sin embargo se empecinan en creerse todas las mentiras.
Arthur Schnitzler
Es preferible consolarse que ahorcarse.
Diógenes
No hay mayor tragedia en la vida, que convertirse en paladín del bien y creérselo.
Elena Poniatowska
Sólo un loco celebra que cumple años.
George Bernard Shaw
Maquiavelismo. Palabra que debe pronunciarse con un estremecimiento.
Gustave Flaubert
Proporcionar los medios para adquirir conocimiento es... el mayor beneficio que puede ser conferido a la humanidad. Prolonga la vida misma y amplía la esfera de la existencia.
John Quincy Adams
El que proyecta muchas cosas, encuentra muchos obstáculos para realizarlas.
Lao-Tse
Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen.
Ludwig Wittgenstein
El poder pervierte a quien lo ejerce -estas son pues las lecciones anarquistas de hoy: la eterna perversión de quienes ejercen el poder, sean quienes fueren, sean filósofos que se volvieron reyes o reyes con veleidades filosóficas.
Michel Onfray
Cuando vaciles bajo el peso del dolor, y estén ya secas las fuentes de tu llanto, piensa en el césped que brilla tras la lluvia; cuando el resplandor del día te exaspere, y llegues a desear que una noche sin aurora se abata sobre el mundo, piensa en el despertar de un niño.
Omar Jayam
Proporcionar un motivo destruye el amor. Dar un sentido a lo que se ama es mentir. Pues ningún ser humano experimenta otra alegría que no sea la sensación de estar vivo cuando esta sensación se vuelve intensa. Y no hay otra vida.
Pascal Quignard
El fanatismo aparece donde un genio se rodea con un manojo entero de idiotas.
Paul Carvel
El jardín y el Palacio tenían esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y del amor.
Ramón María del Valle-Inclán