Pienso que el Rey es sólo un hombre como yo: la violeta le perfuma como lo hace conmigo.
William Shakespeare
Por lo tanto, aunque no podamos frenar nuestro sol, le haremos correr.
Andrew Marvell
La razón se pierde razonando.
Antonio Porchia
Nada contribuye a la alegría menos que la riqueza y nada contribuye más a ella que la salud.
Arthur Schopenhauer
La manera más rápida de finalizar una guerra es perderla.
George Orwell
La diferencia entre un civil y un militar es que el primero siempre puede militarizarse, pero el segundo rara vez puede civilizarse.
Georges Clemenceau
Muy parecido. Tan distinto como desayunar tarde o almorzar temprano. Comes lo mismo, a la misma hora, sólo difiere la manera de llamarlo.
Haruki Murakami
La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica.
Jorge Luis Borges
La inteligencia personal es circular. La inteligencia social es elipsoide, depende de muchos centros.
José Antonio Marina
Lo que supones, hasta que no pasa, solo puedes suponerlo. Y cuando sucede siempre es distinto.
José Carlos Cataño
Cada uno de nosotros es, sucesivamente, no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen las unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes.
José Enrique Rodó
Para mí la culminación de la vida consiste en una pasión limpia y finalmente dramática.
José Ortega y Gasset
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca. Hoy, y no mañana. Oh amante, ¿no ves que la enredadera crecerá ciprés?
Juana de Ibarbourou
Comparame con tu novio el de ridícula fachada, debiste elegirlo con la luz apagada.
Kase.O
Los edificios eran demasiado altos, los coches transitaban a velocidad excesiva y había demasiada gente. Tuvo que taparse los oídos cuando pasó un convoy de enormes camiones rusos. Todo le provocaba el asombro de lo nuevo: los edificios de apartamentos, las estudiantes de uniforme, las luces de las calles, los manteles, los ascensores y el sabor del vino.
Ken Follett
Haz por ser semejante a un promontorio. Las olas del mar se estrellan contra él de continuo, y él se mantiene inmóvil hasta que en torno suyo se abonanzan las aguas.
Marco Aurelio