Los humanos somos para los dioses como las moscas para los niños juguetones; nos matan para su recreo.
William Shakespeare
El castigo es completamente innecesario en la educación de los hijos.
Carlos González
Someted vuestros apetitos, amigos míos, y habréis conquistado la naturaleza humana.
Charles Dickens
Todos los estilos responden al tiempo en el que se vive y yo no tengo el menor inconveniente en adaptarme a mi época.
Clorindo Testa
Se vive no más, lo mejor posible, un poquito cada día, es como un viaje sin meta, lo que cuenta es el camino.
Isabel Allende
La aportación más grande que quiero hacer es dar a conocer en todo el mundo a mi México lindo y querido, mi país y mi gente.
Jimena Navarrete Rosete
Estamos llegando al fin de una civilización, sin tiempo para reflexionar, en la que se ha impuesto una especie de impudor que nos ha llegado a convencer de que la privacidad no existe.
José Saramago
El ocio es un vicio que arrastra consigo a muchos otros vicios.
Juan Bosco
Gobierna mejor quien gobierna menos.
Lao-Tse
Soy rápido, soy guapo, soy el mejor.
Muhammad Ali
Los hombres quieren ser siempre el primer amor de una mujer. Tal es su tosca vanidad. Las mujeres tienen un instinto más sutil, ya que prefieren ser la última aventura romántica de un hombre.
Oscar Wilde
Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Pablo Neruda
La vanidad el alardeo, son una actitud de espiritualidad mundana, que es el peor pecado de la Iglesia.
Papa Francisco
Es mi hijo y debo estar cerca de él. Yo no tuve a mi padre cerca y mira cómo he acabado.
Ryan Gosling
La independencia es un logro. La interdependencia sólo está al alcance de gente independiente. A menos que estemos dispuestos a conseguir una independencia real, es inútil que tratemos de desarrollar habilidades para las relaciones humanas.
Stephen Covey
Tuve mucha prisa y ahora no me queda tiempo. Cambié toda la luz del sol, y las ciudades y las tierras lejanas por un puñado de poder, por una sombra, por la oscuridad.
Ursula K. Le Guin