Dos lindas bayas modeladas sobre el mismo tallo. Así es como dos cuerpos visibles, no teníamos más que un solo corazón.
William Shakespeare
El verdadero amor se construye en el día a día y nace de las cosas más insignificantes.
Alexia Mars
La mayoría de las gentes aceptan los dogmas de su religión como los artículos del reglamento de un casino, sin pensar en ellos más que cuando algún socio pide en la junta general su lectura.
Armando Palacio Valdés
Sólo puede juzgarse la belleza de la vida por la de la muerte.
Conde de Lautréamont
Hay personas que saben encajar los golpes, aprenden a recibirlos una y otra vez, esa es su fortaleza. Pero no saben huir, la sola idea de un mundo desconocido las paraliza.
Eva García Sáenz de Urturi
Lo presente, producto de lo pasado, engendra a su vez lo futuro.
Gottfried Leibniz
Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.
Jorge Luis Borges
La fama es vapor; la popularidad, un accidente; la única certeza terrenal es el olvido.
Mark Twain
Tus brazos son demasiado cortos para boxear con Dios.
Nas
El color, que, como la música, es una cuestión de vibraciones, llega a lo más general, y por lo tanto más indefinible por naturaleza: su poder interior.
Paul Gauguin
Si no has de amarme, dime que retire de ti mi admiración; si no he de amarte, haz que nunca te mire.
Pedro Antonio de Alarcón
Todo es verdad. Todo lo que las personas han pensado alguna vez.
Philip K. Dick
Sólo yo tengo el derecho de corregir, pues sólo puede castigar quien ama.
Rabindranath Tagore
La vida paga sus cuentas con tu sangre y tu sigues creyendo que eres un ruiseñor. Cógele el cuello de una vez, desnúdala, túmbala y haz de ella tu pelea de fuego, rellénale la tripa majestuosa, préñala, ponla a parir cien años por el corazón. Pero con lindo modo, hermano, con un gesto propicio a la melancolía.
Roque Dalton
A menos que sepa elevarse sobre sí mismo, ¡qué pobre cosa es el hombre!
Samuel Daniel
Las situaciones militares se basan en la velocidad: llega como el viento, muévete como el relámpago, y los adversarios no podrán vencerte.
Sun Tzu