Cuando usted me mira, cuando usted piensa en mí, estoy en el paraíso.
William Makepeace Thackeray
Lo que necesitan es un poco de inmoralidad en sus vidas. Entonces no estarían tan ocupados buscándola en las de otras personas.
Agatha Christie
Haced el bien a vuestros amigos y enemigos, porque así conservaréis los unos y os será posible atraer a los otros.
Cleóbulo de Lindos
No obstante, las modas pasan; los momentos difíciles se superan, y en última instancia las páginas de la Historia se llenan con aquellos elementos que logran sobrevivir.
Delia Steinberg Guzmán
Debemos vivir y trabajar, en cada momento, como si tuviésemos la eternidad ante nosotros.
Gabriel Marcel
Los hechos que obligan a definirse son los que cuentan.
Germán Dehesa
Las oposiciones son el más sangriento espectáculo nacional después de los toros.
Gregorio Marañón
Eso había acabado por decidir la línea de acción, la pura codicia de poseerla.
Ian Fleming
El mundo entero se maneja con deseosciegos y sin rudeza, para trascender los limites de este mundo debes: dejar de querer, dejar de desear, dejar de odiar.
Jacqueline Kim
Una de las satisfacciones de un genio es su energía y obstinación.
Man Ray
Me honra saber que muchos me están recordando por las personas de todos los institutos, o sea, que me están diciendo las acciones que hago, es para estar orgulloso. ¿no?
Maximilien Robespierre
Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.
Miguel Hernández
La verdadera gloria consiste en hacer lo que merece escribirse y en escribir lo que merece leerse.
Plinio
Mientras hay vida hay esperanza, ¿no?
Salvador Puig Antich
He aquí un buen criterio para medir al genio: observad si progresa o sólo da vueltas sobre sí mismo.
Samuel Taylor Coleridge
En el desierto encontré a una criatura, desnuda, bestial, que, agachada en el suelo, sostenía entre las manos el corazón, y lo mordía. Le pregunté: ¿Está bueno, amigo? Está muy amargo, me respondió; Pero me gusta Porque está amargo, Y porque es mi corazón.
Stephen Crane