El que come del fruto del árbol del conocimiento, siempre es arrojado de algún paraíso.
William Inge
El mundo es como un inmensojardín y cada uno de nosotros somos los jardineros de nuestra parcela.
Blanca Miosi
El amor, como el fuego, lo purifica todo.
Jean-Baptiste Alphonse Karr
El reto del liderazgo es ser fuerte, pero no grosero; ser amable, pero no débil; ser atrevido, pero no abusador; ser considerado, pero no perezoso; ser humilde, pero no tímido; ser orgulloso, pero no soberbio; tener humor, pero sin insensatez.
Jim Rohn
Dios está aquí. Esta verdad debe llenar nuestras vidas y cada Navidad debe ser para nosotros un nuevo y especial encuentro con Dios, dejando que su luz y su gracia entren hasta el fondo de nuestra alma.
Josemaría Escrivá de Balaguer
No faltan los que mueren por una meta elevada.
Lord Byron
No tiene, pues, Amor ni tu belleza o dureza o fortuna o gran desvío la culpa de mi mal, destino o suerte; si en tu corazón muerte y piedad llevas al tiempo, el bajo ingenio mío no sabe, ardiendo, sino sacar de ahí muerte.
Miguel Ángel Buonarroti
Descubrí que solo enseñaba una asignatura: Matemáticas Improbables. Sin embargo, eso no me ayudó a localizarlo, pues según el registro, la hora de la clase era "ahora" y el lugar, "en todas partes".
Patrick Rothfuss
Retoque de lo real con lo real.
Robert Bresson
Montar una película es enlazar a las personas unas con otras y con los objetos a través de las miradas.
De todos los días de la semana, yo no tengo más que uno: hoy.
Robert Jones Burdette
Me estoy reformando. Te miro, me hincho, me tiro a los cactus desnudo, pero no me pincho. Me estoy reformando todas las mañanas y ahora hago siempre todo lo que me da la gana.
Roberto Iniesta
La fragmentación es muy útil para estilizar la narración, generar imágenes nítidas y crear tensión, además de infundir variedad a la prosa.
Stephen King
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Teresa de Calcuta
La promiscuidad es el preliminar de la sospecha.
Valérie Tasso
El sacerdote debe permanecer al lado de los pobres. Pero, ¿cómo podría estar sin cesar, día y noche, en contacto con todas las miserias, infortunios e indigencias, sin llevar sobre sí mismo algo de esa santamiseria, como el polvo del trabajo? En el sacerdote, la primera prueba de su caridad es la pobreza.
Victor Hugo