El verdadero objeto de la educación, como el de cualquier otro proceso moral, es producir la felicidad.
William Godwin
Ni tres judíos juntos tienen tanto ingenio y habilidad para el contrabando como una sola mujer.
Bogumil Goltz
Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa... Pasé hambre... Pasé frío... Pero era libre... Libre de no levantarme... De no acostarme... De emborracharme... De soñar... De esperar.
Edith Piaf
Para justificarse, el terrorismo de estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas.
Eduardo Galeano
En la civilización del capitalismo salvaje, el derecho de propiedad es más importante que el derecho a la vida.
El que cree poder hallar en sí mismo bastante caudal como para poder prescindir de todo el mundo, se engaña mucho; empero quien piensa que es imposible prescindir en absoluto de él, se engaña todavía más.
François de La Rochefoucauld
Si quieres entender el problema, o al menos ver su magnitud real, y hacía dónde te llevarán sus consecuencias, solo lo podrás hacer con el paso de los años.
Javier Castillo
Muy a menudo aprendemos muy tarde lo que es verdaderamente importante.
John C. Maxwell
Puedo comprometerme a ser sincero; pero no me exijáis que me comprometa a ser imparcial.
José Ortega y Gasset
Cuídate del hombre que se esfuerza mucho por aprender algo, lo aprende y no se siente más sabio que antes..., es alguien lleno de remordimientos asesinos contra la gente que es ignorante sin haber elegido el camino más difícil para serlo.
Kurt Vonnegut
Estamos muertos y el mañana está acabado debido a las cosas que hicimos ayer.
Marilyn Manson
El mundo del libro toma vida, bulle de posibilidades, de secretos y contradicciones.
Paul Auster
Son esclavos todos aquellos espíritus que se ponen al servicio de malas empresas.
Percy Bysshe Shelley
El amor se fatiga pero no se rinde; se le estrecha, pero no revienta, se le atemoriza, pero no se intranquiliza.
Tomás de Kempis
La mar es la inexorable noche social en que la penalidad arroja a sus condenados. La mar es la inmensa miseria. El alma, naufragando en este abismo, puede convertirse en un cadáver. ¿Quién lo resucitará?
Victor Hugo
El gusano perdona al arado que lo corta.
William Blake