La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Pathos; los órganos genitales, la Belleza; los pies y manos, la Proporción.
William Blake
¡Este país es ingobernable!
Amadeo de Saboya
Señor, no, no nos enfademos. Que no nos enfademos? Sabe perfectamente que el seguro del coche pagará totdos los gastos. Pero que se ha creído so gilipoyas? Señor yo solo pretendia.. Dígaselo a él. Anda dile que es un gilipoyas Gilipoyas Y ahora dile que como no se calle le metes el puto taxi por el culo...
Anónimo
Simple, el que puede hace, y el que no, critica.
Antonio Álvarez
Cada hombre es el arquitecto de su propia fortuna.
Cayo Salostio
La miseria produce, entre otros males, una apatía, que parece preferir los dolores al trabajo de buscarles remedio; y un abandono, que la caracterizan siempre y en todas partes.
Concepción Arenal
Nunca el justo se halla solo, porque siempre tiene a Dios presente.
Francisco de Quevedo
Aunque todo el mundo te tire piedras, si tu madre te respalda, estás bien.
Jojo Moyes
No aprovechan los trabajos si no han de enseñarnos nada; el hombre de una mirada todo ha de verlo al momento. El primer conocimiento es conocer cuándo enfada.
José Hernández
Si. Mis ojos tus ojos rechazan el lenguaje más férvido es mudo... Es inútil, evita el saludo, pues tus manos, tus manos me abrazan.
Julio Herrera y Reissig
El arte es el esfuerzo incesante por competir con la belleza de las flores... sin triunfar jamás.
Marc Chagall
Pero el pensamiento trajo poder y conocimiento y, ataviada con ellos, la raza del hombre asumió dignidad y autoridad.
Mary Shelley
Y el Cristo dijo: Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen, y no hay hombre que sepa lo que se hace. Pero ha sido menester convertir a la religión, a beneficio del orden social, en policía, y de ahí el infierno.
Miguel de Unamuno
No hay casa, por humilde que sea, en la que, si son puros los corazones que allí habiten, no entre el amor.
Oscar Wilde
Mis aforismos son como los buenos vinos, mientras más pasa el tiempo, más caros.
Roberto Fontanarrosa
La vida, quizás, no se presta a las manipulaciones a las que la sometemos cuando intentamos contarlas.
Virginia Woolf