¡Bastante! o, más aún, demasiado.
William Blake
El hombre que muere rico, muere desgraciado.
Andrew Carnegie
Donar anónimamente... Es el último y verdadero espíritu de la caridad.
Anónimo
Puedes maldecir al destino pero cuando llega el final, tenemos que dejarnos ir.
Brad Pitt
Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso entonces, me consideraba el actor más grande del mundo. Sin la absoluta confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso.
Charles Chaplin
Mi facultad de decepción sobrepasa el entendimiento. Ella es quien me hace comprender a Buda, pero también es ella quien me impide seguirlo.
Emil Cioran
Con el terrorismo no hay que dialogar más que sobre la entrega de las armas, el final de la violencia, a medio plazo, quizá de aliviar las condenas, etcétera.
Fernando Savater
Aquí yace El Pensador Mexicano quien hizo lo que pudo por su patria.
Joaquín Fernández de Lizardi
Nadie es más que nadie, las repúblicas se deforman y ellas se deben a las mayorías.
José Mujica
La verdad es que no pasa nada para las desgracias que podrían ocurrir. Lo milagroso es que funcionen los semáforos.
Juan José Millás
¡Soltero soy, vive Dios!
Juan Ruiz de Alarcón
Necesito volver a sentirme algo drogado para sentir el entusiasmo que sentía de niño.
Kurt Cobain
Con estructura federal no se lograría una mayor prosperidad en las regiones, sino que estas cultivarían pequeños intereses, enemigos de un alto ideal de la nación, fomentados por los hombres mediocres. Es más fácil destacar en medios de cultura paupérrima que luchar en las grandes capitales con hombres de gran talla.
Luis Jiménez de Asúa
A la burguesía, el presente le parece bastante adecuado, porque todo los poderosos se inclinan ante ella: reyes, presidentes, gobiernos y la casi totalidad de los intelectuales y sabios, todos aquellos que someten a su vez a los esclavos de la sociedad nueva.
Néstor Majnó
Donde hay poder y victorias y dinero hay corrupción.
Santiago Posteguillo
El pudor es la epidermis del alma.
Victor Hugo