Los optimistas enriquecen el presente, realzan el futuro, desafían lo improbable y logran el imposible.
William Arthur Ward
Sentirse fracasado es peor que sentirse humillado. De la humillación nace el coraje; del fracaso, el suicidio.
Anónimo
Escribir un libro de poesía es como dejar caer un pétalo de rosa por el Gran Cañón y esperar el eco.
Don Marquis
Mientras que a los hombres les encanta que se les reconozcan sus resultados, las mujeres se sienten apreciadas y valoradas cuando se les reconocen los esfuerzos que han hecho para alcanzar dichos resultados frente a grandes escollos.
John Gray
No abandones tus sueños, o tus sueños perderán la confianza en ti.
John Wooden
África, entre los continentes, les va a enseñar a ustedes que Dios y el Diablo son uno.
Karen Blixen
Hay machismo, resistencia y conservadurismo hacia la figura de una mujer como mandataria. En mi caso, el pueblo se fija en mi condición de mujer.
Lourdes Flores
No se debe variar de opinión cuando no se puede cambiar de conducta.
Manuel Linares Rivas
Tengo varias religiones, como tengo varias patrias, de manera que en cierto sentido no pertenezco quizás a ninguna.
Marguerite Yourcenar
Las buenas palabras, la sonrisa, y los hechos buenos, son los rayos del Sol, reflejados en el alma del hombre.
Nicolae Iorga
No hay mayor diferencia entre Liam y yo. El es un cretino y yo también.
Noel Gallagher
Tanto sufrimiento fue un entrenamiento para saberte valorar.
Pablo Hasél
El peor de todos los pasos es el primero. Cuando estamos listos para una decisión importante, todas las fuerzas se concentran para evitar que sigamos adelante. Ya estamos acostumbrados a esto. Es una vieja ley de la física: romper la inercia es difícil. Como no podemos cambiar la física, concentremos la energía extra y a si conseguiremos dar el primer paso. Después el camino mismo ayuda.
Paulo Coelho
Amar es solo un ejercicio para valientes, si hay un buen estimulo, es divertido dejarse llevar por la corriente.
Roque Valero
Mucha parte de la verdad está por descubrir.
Séneca
Me desesperaría si no existieses y no me estuvieses esperando aquí con el ansioso aliento de tus fugaces flores.
William Heinesen