Cuando postergas y vacilas malgastas tus momentos presentes en no hacer nada como alternativa a la posibilidad de hacer cualquier cosa. El no hacer nada conduce al aburrimiento.
Wayne Dyer
Si un marciano preguntase qué es el fútbol, un vídeo del partido Brasil-Francia del Mundial de México lo convencería de que se trata de una elevada expresión artística.
Alastair Reid
La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter.
Albert Einstein
¡Qué insensatez! ¡Responder de otro hombre cuando los más juiciosos, los que Dios considera como los mejores, no se atreven a responder de sí mismos!
Alejandro Dumas
La Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios... no se puede separar a Cristo de la Iglesia.
Benedicto XVI
Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos.
Bob Marley
Nietzsche no quiere discípulos.
Friedrich Nietzsche
...¿con qué fin pensaís que pintan en su escudo las bestias cuando las acompañan con su retrato, con su estatua?
Giordano Bruno
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
José Ángel Buesa
Organizar la información del mundo no es algo que puedan hacer cien personas.
Larry Page
Cualquier técnica de un arte marcial debe estar de acuerdo con la verdad del universo. Si no lo está, el arte marcial estará aislado e irá en contra de la concepción de arte marcial como creador de amor, o take-musu (literalmente, marcial-creativo). El aikido es take-musu por excelencia.
Morihei Ueshiba
Dile que el tiempo es una broma, de algún dios que no folla..
Pablo Hasél
Los chicos, más que cualquiera, necesitan saber que sus padres los aman. Y los padres no tienen que estar vivos para que ello ocurra.
Randy Pausch
El PSV depende de mí, todos saben que el equipo no tiene condiciones para jugar sin Romário.
Romário
Para dominar la naturaleza primero se debe aprender a obedecerla.
Sean Connery
La noche cayó antes de que el cortejo llegase a la cima del más alto roquedal. Entonces, un viento impetuoso hizo jirones las cortinas de los palanquines y las literas, y dejó a las pobres damas entregadas a todos los furores de la tempestad. La oscuridad del cielo acentuó el terror de aquella noche desastrosa.
William Beckford