Un abogado sin historia o literatura es un mecánico, un simple albañil de trabajo, si posee algún conocimiento de estos, puede atreverse a llamarse arquitecto.
Walter Scott
El golpe más fuerte recibido por la humanidad fue la llegada del Cristianismo. El bolchevismo es el hijo ilegítimo del Cristianismo y ambos son invención de los judíos.
Adolf Hitler
No se trata de superar al Liverpool. Lo más importante es que el United es el mejor equipo del país en cuanto a ganar títulos.
Alex Ferguson
¿Puede un perro ver con su nariz? ¿Acaso los olores llevan a algún centro del cerebro imágenes de la cosa que los emitió?...
Ambrose Bierce
La lectura constituía, junto con el alcohol, la parte esencial de mis días: en adelante, sería la búsqueda de esa insoluble belleza.
Amélie Nothomb
No hay un hombre en esta tierra que pueda vencerme.
Conor McGregor
La guerra y el gobierno prueban que la locura es la más contagiosa de las enfermedades.
Edward Abbey
Según lo que se come y lo que se bebe es lo que se hace y se piensa. El pensamiento es hijo del estómago.
Enrique López Albújar
La escritura es una forma de terapia, a veces me pregunto cómo hacen todos los que no escriben, componen o pintan para escapar de la locura, melancolía, el pánico y el miedo que es inherente a las situaciones humanas.
Graham Greene
Si la recopilación que hoy presento con las divagaciones que me obsesionan tiene que sostenerse en alguna referencia retórica, podría ser sagitario. Al fin y al cabo, yo nací un 23 de noviembre.
Joan Fuster
Todo el que deja hacer lo que es capaz de hacer, peca.
José Martí
Cuando un hombre se vende deja de ser él mismo.
Julia Navarro
El concepto macroeconómico de la renta nacional es un simple eslogan político, carece de todo valor cognitivo.
Ludwig von Mises
Cuando somos felices siempre somos buenos, pero cuando somos buenos no siempre somos felices.
Oscar Wilde
Los árboles tienen una vida secreta que sólo les es dado conocer a los que se trepan a ellos.
Reinaldo Arenas
La vida del hombre conserva su sentido hasta el aliento final, hasta que exhala el último suspiro.
Viktor Frankl