Recuerda que defender lo que uno piensa es normal: hacerlo con pasión armoniosa es de sabios, utilizar una pasión obsesiva es de tontos.
Walter Riso
Sólo de un modo se puede acertar; errar, de infinitos.
Benito Jerónimo Feijoó
No hagas nunca las cosas por las que normalmente criticas a los otros: es vergonzoso ser retractados por las propias culpas.
Catón
Sé que jamás la encontraré. Te saldré a bailar para disfrazar el drama que llevo adentro.
Enrique Cadícamo
Le expliqué que el mundo es una sinfonía, pero que Dios toca de oído.
Ernesto Sabato
La mayor parte de la gente en la ciudad corre tanto, que no tiene tiempo de mirar flores. Quiero que las miren, lo quieran o no.
Georgia O'Keeffe
Cuanto menos previsible es el futuro, más necesidad tenemos de ser móviles, maleables, reactivos, propensos al cambio permanente, supermodernos, más modernos que los modernos de la época heroica.
Gilles Lipovetsky
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía y te recorro entero, sendero tras sendero, descalzando mi amor, desnudando mi miedo.
Gioconda Belli
¡Yo también quisiera ser Reina un día, yo también! Que fuese de flores mi corona y el rocío del alba su ornamento y mi manto labrado de arco iris.
Isabel de Rumania
Lo importante no es estar en la cumbre de la montaña, sino escalar esa montaña.
Lisa Kleypas
No hay más hermosa, amable y encantadora relación para la comunidad que un buen matrimonio.
Martín Lutero
A falta de pan buenas son tortas.
Proverbio
En mi vida personal, el amor es lo que me mantiene en equilibrio. Y, si yo no fuera feliz no podría transmitir lo que creo es la esencia de mi trabajo. El saber que todo esta en orden me permite seguir adelante.
Ricardo Montaner
Quien es ruin se destruye solo.
Romário
La independencia es un logro. La interdependencia sólo está al alcance de gente independiente. A menos que estemos dispuestos a conseguir una independencia real, es inútil que tratemos de desarrollar habilidades para las relaciones humanas.
Stephen Covey
Habían pasado tres meses, no, dos, y todavía le inquietaba el silencio que invadía la casa por las noches. La puesta de sol, tres minutos de azul Tiziano y luego la noche cerrada. Y con ella un sólido silencio pegado a la tierra. Ni grillos, ni ranas, ni mosquitos había allí arriba. Sólo los ruidos, oídos o imaginarios, que hacían los humanos.
Toni Morrison