No hay tal cosa como un poco de libertad. O somos todos libres, o no somos libres.
Walter Cronkite
Bajo la impresión que tenemos de que los deberes del hombre son públicos, parecería que sólo y exclusivamente privados deberían ser los de la mujer; pero, ¿podemos admitir que el reino de la mujer esté encerrado entre los mueros del jardín donde abren sus flores?
Carmen Karr
Ha llegado la hora de la mujer argentina, integramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima.
Eva Perón
La publicidad es una fábrica de sueños, de inventos maravillosos, que nosotros creamos en nuestro interior y que ella materializa en el exterior.
Fernando Savater
El pensamiento es el corcel; la razón el jinete.
George Sand
Una serpiente trazó un vértice para el sol -en no holladas playas sacó su lengua y tamborileó. ¿Qué fuente escuche? ¿Qué helados discursos? La memoria, confiada a la página, se había muerto.
Hart Crane
Nada es permanente a excepción del cambio.
Heráclito
Cometo errores. Seré la segunda en admitirlo.
Jean Kerr
En la corrección cuida mucho de no ruborizar ni humillar a tus alumnas.
Jerónimo Usera
Si alguien concibe que una carnicería semejante puede servir de soporte a un arte, ya está preparado para admitir que la verdad puede ser extraída mediante la tortura en el sótano de una comisaría; si se admite que la belleza puede surgir de la sangre derramada, aunque ésta se inflija a un animal, es que uno ya tiene justificado en el corazón todo tipo de violencia.
Manuel Vicent
La misión de Facebook es dar a la gente el poder de compartir y de hacer un mundo más abierto y conectado.
Mark Zuckerberg
Es preciso prestarse a los otros, pero no darse sino a uno mismo.
Michel de Montaigne
Hombre paciente no es vencido.
Ramon Llull
El sufrimiento no dura tanto como nuestros miedos quieren hacernos creer.
Seth Godin
Incluso en el trono se desgasta el pantalón.
Stanisław Jerzy Lec
Aquellos días la iniciativa, alma de la guerra, estaba abanderada por los alemanes. Avanzaban y avanzaban sin cesar hacia delante, y toda la furia de los contraataques soviéticos no lograba detener su movimiento lento, pero aborreciblemente decidido.
Vasili Grossman