El eterno retorno de las cosas es bien conocido por los niños.
Walter Benjamin
El matrimonio es una cosa imposible, y por tanto, la única solución.
Alain-Fournier
El amor es una partida perdida.
Amy Winehouse
Los cristianos que más hicieron por el mundo presente fueron precisamente aquellos que pensaron más en el venidero. Fue a partir de que los cristianos comenzaron a pensar menos en el otro mundo que se hicieron más ineficaces en éste. Apunta al cielo y también le darás a la tierra; apunta a la tierra y no le darás a ninguno.
C. S. Lewis
¿El final de la historia, el fin del hombre?, ¿es serio pensar en ello? Son sucesos lejanos que la Ansiedad -ávida de desastres inminentes- desea a toda costa precipitar.
Emil Cioran
Estos pobres reyes de quienes tanto malo se dice, también tienen a veces algo bueno.
François Andrieux
La especie más temible de los vanidosos es la de los que tienen, en efecto, motivos para su vanidad.
Gregorio Marañón
La mejor venganza es el desdén.
Henrik Ibsen
La verdad. Es una cosa hermosa y terrible, y por lo tanto debe ser tratado con mucha cautela.
J. K. Rowling
La unidad exige un claro propósito y una estrategia común variada en su aplicación pero no aguada por malabarismos palabreros. Es, a nuestro juicio, lo mínimo que podemos ofrecer a los pueblos de América Latina.
John William Cooke
No le he pedido que me rejuvenezca, todo lo que le pido es seguir envejeciendo.
Konrad Adenauer
No sé lo que me pasa en el escenario, algo más parece tomar mi lugar.
Maria Callas
Dad consejo a tiempo y daréis pocos.
Niccolò Tommaseo
No teníamos ningún mérito, salvo aquel que la juventud otorga por muy poco tiempo a cualquiera, como una vaga promesa que jamás será cumplida.
Patrick Modiano
El alma puede tener sus placeres; mas aquellos que le son comunes con el cuerpo, dependen íntegramente de las pasiones; de suerte que los hombres más afectados por ellas, son los que más pueden saborear la dulzura de la vida.
René Descartes
Ser lo que somos, hacernos aquello de que somos capaces, es la única finalidad de la vida.
Robert Louis Stevenson