SÃ, me contradigo ¿y qué?. Yo soy inmenso y contengo multitudes.
Walt Whitman
Es imposible dudar de que antes de cien años no quedará en América del Norte, no una sola nación, sino un solo hombre perteneciente a la más notoria de las razas indias.
Alexis de Tocqueville
Las canas no hacen más viejo al hombre cuyo corazón no tiene edad.
Alfred de Musset
Cerebro: Aparato con que pensamos que pensamos.
Ambrose Bierce
Beber a largo plazo es mucho peor que la heroÃna. El alcohol es un verdadero veneno.
Amy Winehouse
El tempo lo es todo en la batalla.
Christopher Paolini
El hombre se da a conocer de una forma errónea. Se empeña en identificarse a través de su manera de consumir, de hablar y de aparentar, tal y como una moneda grande se distingue de una pequeña por su sonido.
Claudia Bürk
Cuando Malcolm X fue asesinado estaba trabajando en el Apolo. Ellos trajeron su cuerpo a la funeraria de la Unidad, que estaba en la esquina.
Etta James
Miro a la ambigüedad cuando estoy escribiendo, porque la vida es ambigua.
Keith Richards
La literatura es el medio de expresión de la sociedad, del mismo modo que la palabra lo es del hombre.
Louis de Bonald
Eso tiene que ver con los usos de costumbre, con lo que se considere buena educación y la reciprocidad que establezcan las instituciones entre sÃ. Hay tantos elementos sociales e históricos que yo mal podrÃa decir que es lo que corresponde. Siempre estoy a favor de reconocer a aquel que obtiene algo merecidamente, pero es un punto de vista genérico, que adaptará o no a esta circunstancia con elementos de juicio que yo no manejo.
Marcelo Bielsa
Cristiano es aquel en quien Cristo se está forjando.
Max Lucado
Nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa como el deseo de olvidarla.
Montesquieu
Decidà aprender a hacerme yo la maleta para poder vivir, hoy lloré, se me habrá metido un poco de arena, eso no es para mÃ.
Roberto Iniesta
¡Se lo vamos a enseñar!
Sebastian Vettel
Este juego pertenece a todos los pueblos y a todas las épocas y nadie puede saber de él qué divinidad lo regaló a la Tierra para matar el tedio, aguzar el espÃritu y estimular el alma.
Stefan Zweig