La única recompensa que puede esperarse del cultivo de la literatura es el desdén si uno fracasa y el odio si uno triunfa.
Voltaire
Nadie se fíe en méritos de servicios pasados.
Antonio Pérez
Seré senador vitalicio, y me iré a vivir a Valparaiso.
Augusto Pinochet
Cuando el progreso se considera como un proceso necesario de desarrollo de la Historia, sujeto a leyes, queda colocado debajo de lo propiamente humano y, en último término, concebido contra el hombre.
Benedicto XVI
¿Acaso has tenido que vértelas alguna vez con un verdadero malvado? - He leído sobre ellos. Dedo Polvoriento soltó una carcajada. - Caramba, es cierto, es casi lo mismo -reconoció.
Cornelia Funke
Tales decía que no existía diferencia entre la vida y la muerte. ¿Por qué no mueres entonces?, le preguntaron. Porque no hay diferencia ninguna, repuso.
Diógenes
Todos tenemos derecho a ser diferentes.
Esteban Garaiz
La libertad existe.
Fernando Pessoa
Mi mayor desgracia ha sido siempre no ser capaz de resistirme a los halagos.
Jean-Jacques Rousseau
Puede definirse como naciónfeliz, aquella en la cual la mano de los maridos está sobre el arado, y la de las mujeres con la aguja de coser.
John Ruskin
No se necesita demostrar que si los buenos dejan el campo, serán los malos quienes los señoreen victoriosos.
Juan Montalvo
Guerrero sed dichoso. Artista valeroso. Mujer sed soberana. Amigo se mi hermano. Un hilo de la vida, dice a los que la vemos, que no hay malo ni bueno, si uno se pone a salvo.
Miguel Abuelo
Es la vejez viajera de la noche; y al paso que la tierra se le oculta, ábrese, amigo, a su mirada el cielo.
Rafael Pombo
El esfuerzo bien medido, la atención consciente, la ecuanimidad, la visión clara, el desapego y la firme resolución.
Ramiro A. Calle
¿Acaso sabeis cuanto tardó Eva en elegir la hoja de parra idónea? ¿cómo me está? ¿cómo me está? ¿cómo me está? Ha desplumado todas las parras del paraiso terrenal.
Roberto Benigni
Porque si el suicida es quien mata al resto de nosotros, el asesino se mata a sí mismo, aunque tiene que hacerlo una y otra y otra vez.
Ursula K. Le Guin