Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Voltaire
El día en que un deportista deje de pensar en primer lugar a la felicidad que su esfuerzo le procura y a la embriaguez del equilibrio entre potencia y físico que de ello nace, el día en que deje que las consideraciones sobre la vanidad o sobre el interés prevalezcan, ese día nuestros ideales morirán.
Barón Pierre de Coubertin
Tal vez sea un error mezclar vinos distintos, pero el viejo saber y el nuevo bien se mezclan.
Bertolt Brecht
Debo reconocer que un hombre que concluye que un argumento no tiene realidad, porque se le ha escapado a su investigación, es culpable de imperdonable arrogancia.
David Hume
El hábito del miedo se ha hundido tan profundamente que el cuerpo recuerda cumplir con él, aunque la mente se resista con todas sus fuerzas.
Deepak Chopra
Dormir, despertar; dormir, despertar... ¡Una vida miserable!
Franz Kafka
El mejor fuego no es el que se enciende rápidamente.
George Eliot
La música es un ejercicio aritmético ocultado del alma, que no sabe que está contando.
Gottfried Leibniz
El arte es una línea alrededor de tus pensamientos.
Gustav Klimt
Si la violencia es lo que cuenta, entonces no tengo fuerzas para vivir en un mundo así.
Jeremy Irons
No tuve una dificultad, tuve un cáncer en la vejiga, no tomo prevenciones para decirlo. Una dificultad de salud es un resfriado.
Joan Manuel Serrat
Y no importa que el viento olvide mi nombre y pase dando gritos burlones como un campesino ebrio que vuelve de la feria, porque ella y yo estamos ocultos en la secreta casa de la noche.
Jorge Teillier
La belleza es la purgación de lo superfluo.
Miguel Ángel Buonarroti
Somos ese ser. Los dos nos hemos perdido a nosotros mismos y hemos creado otra cosa, algo que sólo existe como la unión entre los dos. Dios mío, estamos enamorados. De la manera más profunda que es posible enamorarse.
Robert James Waller
Empiezo a comprender que detenerse es empezar a morir.
Santiago Pajares
Las gentes dichosas ni dicen ni oyen decir nunca ¡adiós!
Walter Savage Landor