En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra.
Voltaire
Los que poseen el espíritu de discernimiento saben cuanta diferencia puede mediar entre dos palabras parecidas, según los lugares y las circunstancias que las acompañen.
Blaise Pascal
Nunca llueve eternamente.
Brandon Lee
No pude elegir, a quienes me trajeron al mundo, pero puedo elegir a mi amigo. En ésta búsqueda, empeño mi propia alma, pues con una amistad verdadera. La vida se torna más simple, más rica y más bella.
Charles Chaplin
Por cada cosa que hacemos o decimos, o incluso que pensamos, se codifica en nuestras células una tríada de acción-recuerdo-deseo, y este código es imposible de borrar.
Deepak Chopra
Los grandes científicos son una raza rara, así que cuanto más se estudie ciencia, mayor será la probabilidad de encontrar a aquellos para los que se convierta en una vocación.
Eric Schmidt
Tal vez le doy demasiada importancia.
Haruki Murakami
Buscamos cada noche con esfuerzo, entre tierras pesadas y asfixiantes, ese liviano pájaro de luz que arde y se nos escapa en un gemido.
Idea Vilariño
Amá con locura tu propia vida. Lo que sientes encontrará su propia forma.
Jack Kerouac
De ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.
Joaquín Sabina
Si no te gustan las cosas tal y como son, cámbialas y adáptate al cambio.
Jon Hamm
El temor de demostrar amor es lo que nos ha quitado el derecho a la esperanza.
Jorge Ángel Livraga Rizzi
El amor florece tierra movediza, y es ley de la llama trocarse en cenizas.
José Ángel Buesa
La única manera sensata y religiosa de contemplar la muerte es considerarla y sentirla como parte integrante, como la sagrada condición sine qua non de la vida, y no separarla de ella mediante alguna entelequia.
Thomas Mann
La obligación de cada uno es con el Rey, pero el alma es sólo de uno mismo.
William Shakespeare
Si deseas sentir la buena sensación que viene de hacer cosas para otras personas, entonces tienes que pagar por ello con el abuso y la incomprensión.
Zora Neale Hurston