La teología me divierte: la locura del espíritu humano se muestra allí en toda su plenitud.
Voltaire
Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas.
Ernesto Sabato
La inteligencia no se desarrolla sino por sus fuerzas naturales. Por esta causa, la preeminencia de las mujeres de Lima sobre el otro sexo, por inferiores que sean las mujeres europeas con relación a la moral, debe atribuirse a la superioridad de inteligencia que Dios les ha concedido.
Flora Tristan
En el hombre y en las simientes que siembra, en las viviendas que edifica, en los animales que cría para su uso o subsistencia, en los archivos y bibliotecas que organiza para su cultura intelectual, en los productos útiles o de belleza que salen de sus manos, en todo pululan las larvas, los vermes, todo queda a merced de terribles enemigos.
Gilberto Freyre
Sí considero el aburrimiento como señal de mi deseo de cambiar de actividad, puede empujarme hacía nuevas ideas o tareas convirtiéndose en estímulo para la originalidad.
Hugh Prather
Te miro y planeo una vida contigo cargada de sueños. Y si no se cumplen cuando despertemos, con la luz del día ya veremos lo que hacemos.
Ismael Serrano
Mis afectos y deseos no han cambiado, pero una palabra suya me silenciara para siempre.
Jane Austen
La tecnología por sí sola no basta. También tenemos que poner el corazón.
Jane Goodall
La peor arrogancia es la arrogancia producto de la ignorancia.
Jim Rohn
1 + 1 = John + Yoko. Matemática simple.
John Lennon
Si el ser humano pudiera entenderlo todo, seríamos tan estúpidos que entonces no lo entenderíamos.
Jostein Gaarder
De mis soledades vengo.
Lope de Vega
El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos.
Marcel Proust
Sois vosotras, mis niñas, las que les enseñáis las canciones a vuestros hijos.
Miliki
Es indiferente para mí por donde comience; pues allí volveré nuevamente.
Parménides de Elea
Habla irónicamente sin sonreír. Sonríe sin hablar.
Walter Serner