La vida es una gran sorpresa. No veo por qué la muerte no podría ser una mayor.
Vladimir Nabokov
... en la vida he pisado un gimnasio, mientras que un piloto actual es un auténtico atleta capaz de meterse 8 horas de gimnasio o rodar en bici cientos de kilómetros.
Ángel Nieto
Portugal nació a la sombra de la Iglesia y de la religión católica, fue desde el elemento de formación temprano del alma de la nación y el rasgo dominante del carácter de los portugueses.
António de Oliveira Salazar
Mucho me engaño o raras son en nuestros días las personas muy celebradas cuyas alabanzas no hayan comenzado en su propia boca.
Giacomo Leopardi
¡Cuán difícil es comprender por qué se llegó a amar a una mujer que ya no amamos!
Henri de Régnier
El esclavo pierde la mitad de su alma cuando entra en servidumbre.
Homero
La ira es como una locura breve.
Horacio
El diagnóstico reduce la complejidad del sufrir y del vivir la enfermedad.
Juan Gérvas
Allí, en fin, todos fueron felices viviendo unidos en lo presente como lo habían estado en lo pasado; pero jamás olvidaron aquella isla a la cual habían llegado pobres y desnudos, aquella isla que durante cuatro años había satisfecho sus necesidades y de la cual no quedaba más que un trozo de granito combatido por las olas del Pacífico, tumba del que había sido capitán Nemo.
Julio Verne
La virtud tiene en sí todas las cosas; y todas le faltan a quien no la tiene.
Lope de Vega
La plegaria no es un entretenimiento ocioso para alguna anciana. Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para la acción.
Mahatma Gandhi
No bebo alcohol. No me gusta. Me hace sentir bien.
Oscar Levant
Puede que no sea tan malo estar conmigo.
Ricardo Arjona
Si el éxito o el fracaso de este planeta, y de los seres humanos, dependen de cómo soy y lo que hago, ¿Cómo ser? ¿Qué debo hacer?
Richard Buckminster Fuller
¡Oh hábil jinete en busca de corcel, vuelve en ti!
Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Los intentos de superar esa dualidad, de domesticar lo díscolo y domeñar lo que no tiene freno, de hacer previsible lo incognoscible y de encadenar lo errante son la sentencia de muerte del amor.
Zygmunt Bauman