Es curioso cómo instintivamente una protege la imagen de sí mismo de la idolatría o cualquier otro tipo de manipulación que podría hacer ridículo, o muy a diferencia de la original que se cree más.
Virginia Woolf
Si es una película buena, el sonido podría irse y la audiencia todavía tendría una idea perfectamente clara de lo que pasa.
Alfred Hitchcock
No es la carga la que nos vence, sino la forma como la acarreamos.
Anónimo
Eres responsable por lo que has cautivado. Eres responsable de tu rosa.
Antoine de Saint-Exupéry
Les habían enseñado a odiarme, pero su odio estaba ahora mezclado de terror; y esa mezcla es la más terrible de las complicaciones de la pasión humana.
Charles Maturin
Un pequeño gusano roe el corazón a un cedro y lo derriba.
Diego de Saavedra Fajardo
No es que quisiera ser actor de cine, es que quería ser Clark Gable. Esto es lo que quería, y no nada más puro o más profundo.
Fernando Fernán Gómez
No son ni el autor ni el editor quienes deciden cuando se publica un libro. Es el propio libro el que decide cuando hay que publicarlo.
Joël Dicker
Quiero que averigüéis la identidad del lídersecreto de los jesuitas y cuando lo sepáis, en nombre de Dios y de Francia, quiero que le matéis.
Leonardo DiCaprio
Seguir la política de avanzar en oleadas para extender el territorio bajo el régimen independiente, oponerse a la política de avance temerario.
Mao Zedong
Yo sé que cuando murió, tenía los ojos cerrados y el corazón abierto.
Morgan Freeman
Cada acierto nos trae un enemigo. Para ser popular hay que ser mediocre.
Oscar Wilde
Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos: que el estado quien ha de aplicarlas debe ser libre; que sus ciudadanos han de estar unidos y que éstos han de ser cultos ¿no es así?
Platón
El análisis gramatical de una obra de arte la destruye. Tan vandálico es como lo sería el uso de reactivos químicos en el análisis de la sonrisa de la Gioconda.
Roberto Brenes Mesén
El mundo lo llama placer. Mi tío lo colecciona -lo mantiene limpio y ordenado, en estantes protegidos, pero lo conserva de un modo extraño no para su propio deleite, no, eso nunca; más bien, porque proporciona combustible para la satisfacción de una curiosa lujuria. Me refiero a la concupiscencia del bibliotecario.
Sarah Waters
Pasó por delante de la vida tímidamente, como si le dijese el presentimiento que el menor contacto de esos dos mundos, el suyo y el de otros, sólo podía engendrar dolor.
Théophile Gautier