¿Qué es el dibujo? ¿Cómo se puede aprender? Es trabajar a través de un invisible muro de hierro que parece interponerse entre lo que uno siente y lo que uno puede hacer.
Vincent van Gogh
Es la valía personal moneda que tenemos que acuñar nosotros mismos pues recibe cada cual la estimación que a si mismo se concede.
Anónimo
La hora del amanecer es aquella en que el crimen pesa, la orgía se halla extenuada y hasta la desolación encuentra un albergue.
Benjamin Disraeli
En las sierras brumosas del tarahumara recibí la educación de la muerte: todos descendemos de nuestros muertos, ellos son la condición de la continuidad de la vida, al morir no perdemos el futuro: perdemos el pasado.
Carlos Fuentes
¿Y esa luz? Es tu sombra.
Dulce María Loynaz
En el crimen todo es cuestión de forma. Las variantes de la delincuencia no son más que proteísmos de un mismo hecho: la violación de la ley.
Enrique López Albújar
Las palabras son una medicina para el alma que sufre.
Esquilo
Los experimentos, con gaseosa.
Eugeni d'Ors
Hay gente que me dice: ¡Para que pintas si no comes de eso! Y yo les digo: Yo no pinto para comer, yo como para pintar.
Juan Lobillo
Uno de los problemas de los seres humanos, de todos sin excepción, es la desconfianza hacia quien es diferente. No les entendemos y nos sentimos incómodos, con miedo.
Julia Navarro
Apártate del camino gorrión sin casta. Pasa el caballo.
Kobayashi Issa
Es siempre la gente común la que implementa los cambios y no los políticos o la personas que están en vista.
Luc Besson
Yo no seré el presidente que hable de la República, de Franco o de Leovigildo. Eso se lo dejo a él.
Mariano Rajoy
Menos se debe al que menos se conoce.
Séneca
Estoy escribiendo una autobiografía no autorizada.
Steven Wright
Supón que, para divertir a sus amigos, un vienés bromista se inventa toda la historia del Ello, y del edipo, e imagina sueños que jamás ha tenido, y pequeños Hans que nunca ha visto... ¿Y qué sucede después? Pues que aparecen millones de personas dispuestas a convertirse realmente en seres neuróticos. Y otras miles dispuestas a explotarlas.
Umberto Eco