No ver a las personas es cosa que permite suponer en ellas todas las perfecciones.
Victor Hugo
No creo que haya un destino sin elección, todos elegimos nuestras vidas.
Alden Ehrenreich
Nunca debemos avergonzarnos de nuestras lágrimas, porque son la lluvia que limpia el polvo cegador de la tierra a que a veces cubre y mancilla nuestro endurecido corazón.
Charles Dickens
Desgraciado del que se desorientara en el laberinto infinito de las grutas paralelas y ramificadas que suben y bajan; tendría que tomar la resolución de sentarse sobre un banco de estalagmitas, y contemplar cómo su antorcha se apagaba lentamente, lo mismo que su vida, si tenía bastante resignación para no morir desesperado.
Élisée Reclus
La guerra más difícil consiste en combatir contra uno mismo.
Friedrich von Logau
Era -la dama- toda de elegancias, en su vocecita, en sus mohines, en sus miradas y actitudes, como si su cuerpo, sus pensamientos, su habla y su corazón fuesen también obra de su modisto.
Gabriel Miró
Cuando una lectura eleva vuestro espíritu y os inspira nobles y valerosos pensamientos, no andéis a la busca de otra regla para juzgar de la obra; es buena, y ha salido de manos de buen operario.
Jean de la Bruyere
La mayoría de los actores franceses sólo pueden ser realistas.
Jean-Pierre Jeunet
El prestigio es el máximo dirigente del mundo. Dirige todos los gobiernos.
Jules Romains
Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
Manuel Belgrano
El prejuicio más grande que existe es el de querer ser moderno a toda costa.
Manuel Vicent
No vivas como si tuvieses mil años por delante. El destino está a un paso, hazte bueno mientras la vida y la fuerza son todavía tuyas.
Marco Aurelio
Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo.
Nelson Mandela
Dejad que vuestro ánimo remonte las dificultades. No existiría ninguna voluntad si no hubiera ninguna resistencia.
Nilakanta Sri Ram
No sé cómo había gente dispuesta a trabajar para él. Cuando se mudaron a la avenida Central, lo primero que pidió a los operarios de mudanzas fue que instalaran su escritorio, y el primer lugar donde lo quiso no fue el despacho rodeado por paneles de vidrio sino el mismo centro de la planta de fabricación, de modo que pudiera vigilar a todo el mundo.
Philip Roth
No vuelvas a pelear con Lisbeth Salander. Su actitud hacia el resto del mundo es que si alguien le amenaza con un arma de fuego, va a conseguir un arma más grande.
Stieg Larsson