Yo estoy al lado de la religión en contra de las religiones.
Victor Hugo
La mayoría de los profesores que están aquí en algún momento pensaron que podían cambiar las cosas.
Adrien Brody
¿No es amor un leve ardor, no es un daño procurado, un apacible dolor, y un dulcísimo cuidado? No es al uso, si es amor.
Antonio de Solís y Ribadeneyra
Odio a la prensa. ¿Va contra la ley asesinar a un periodista?
Bobby Fischer
Una máquina puede realizar el trabajo de cincuenta hombres corrientes.
Elbert Hubbard
Dame la ternura desde el sueño, dame ese cucurucho de sorbete que tenéis en la sonrisa, dame esa lenta caricia de tu mano. Yo te daré pájaros que cantaran tu nombre desde lo más alto de los arboles.
Gioconda Belli
El hombre más irremediablemente estúpido es aquel que ignora su sabiduría.
Isaac Asimov
Peor para el sol, que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar, mientras un servidor, le levanta la falda a la luna.
Joaquín Sabina
Confieso que no me entusiasma el ideal de vida que nos presentan aquellos que creen que el estado normal del hombre es luchar sin fin para salir de apuros, que esa refriega en la que todos pisan, se dan codazos y se aplastan, típica de la sociedad actual, sea el destino más deseable de la humanidad.
John Stuart Mill
De América soy hijo y a ella me debo.
José Martí
¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En el poder dejado por una tolerancia mal entendida.
Mariano José de Larra
Mi gobierno, es otro ejemplo de cinismo, un partido socialista que no practica el socialismo.
Nach
América Latina no le importa a nadie.
Richard Nixon
Y la simplicidad de este sueño se enriquecía con el nombre de Brasil que, áspero y caliente, proyectaba ante él una costa sonrosada y blanca, cortando con aristas y perpendiculares al mar tiernamente azul.
Roberto Arlt
El compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.
Salvador Allende
Unas nubes esponjosas, blancas y radiantes empezaron a iluminar la bóveda infinita de azul clarito.
Yann Martel