El hombre, condenado eternamente á la grosería y al egoísmo por su propia naturaleza, puede dar muy poco de sí en una materia tan delicada como es la poesía.
Vicente Blasco Ibáñez
Sin persianas ni visillos, la realidad resultaría insoportable.
Andrés Rábago García
Los elegantes viven para vestir.
Carlos Monsiváis
En las desgracias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas.
Epicteto
Uno no comprende de veras a una persona hasta que considera las cosas desde su punto de vista.
Harper Lee
Yo no te pido nada, yo no te acepto nada. Alcanza con que estés en el mundo, con que sepas que estoy en el mundo, con que seas, me seas testigo juez y dios. Si no, para qué todo.
Idea Vilariño
La única aristocracia posible y respetable es la de las personas decentes.
Jacinto Benavente
Conocí en persona a mucha gente brillante sobre la cual, en otra situación, sólo podría haber leído; la mayoría era modesta y divertida.
Jack Welch
Aprenda a ser feliz con lo que tiene, en tanto consigue todo lo que quiere. La felicidad no se logra por casualidad. Tampoco es algo que se pide. La felicidad es algo que se diseña.
Jim Rohn
Aquí me pongo a cantar, al compás de la vigüela que al hombre que lo desvela una pena extraordinaria, como el ave solitaria con el cantar se consuela.
José Hernández
Vemos, ¡lo que representa nuestra lucha! Por los valores universales, ¡del trabajo, de la paz y de la justicia! y vamos a la guerra añadidos por este sentimiento, y ¡para ganar este pulso! ¡Viva la libertad, catalanes!
Lluís Companys
El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma.
Marcel Proust
Solamente trabajamos para llenar la memoria, dejando vacías la inteligencia y la conciencia.
Michel de Montaigne
Si van a aplaudir, háganlo bien.
Noel Gallagher
Los ojos consumidos por las injusticias se entretienen abyectos en todo aquello por cuanto han rogado durante mucho tiempo, en el último, el verdadero ruego al fin, el que nada pide.
Samuel Beckett
Por la soberbia y vanidad se han extraviado muchos, llegando a veces a padecer ceguera casi incurable.
Tomás de Kempis