Que manden los que tienen qué perder.
Vicente Blasco Ibáñez
Ni (hay) otra cosa que más tarde que aquella que no se empieza.
Alonso de Barros
Puede que no todos los musulmanes sean terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes.
Ann Coulter
Pongo junto al alma de mi pueblo, mi propia alma.
Eva Perón
No digas jamás haré, sino hago; ni iré, sino voy.
Fernán Caballero
Quisiera mandarte únicamente palabras dulces y tiernas, de esas suaves como un beso que algunos saben decir pero que, en mi caso, se quedan en el fondo del corazón y expiran al llegar a los labios. Si yo pudiera, cada mañana tu despertar se vería perfumado por una olorosa página de amor.
Gustave Flaubert
Como en la playa virgen dobla el viento, el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena, así en mí tu recuerdo.
Idea Vilariño
Amo a mi país, ¡Por los arenques que lo amo! Quisiera que ver pudierais las lágrimas que sollozo al pensar en el barco, en el tren de los emigrantes.
James Joyce
La explicación es un error bien vestido.
Julio Cortázar
Para mí, la confianza es un sinónimo de relajación. Yo prefiero el miedo, porque te obliga a estar atento.
Marcelo Bielsa
Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdades.
Miguel de Unamuno
Las religiones mueren cuando se demuestra que son verdaderas. La ciencia es el archivo de las religiones muertas.
Oscar Wilde
Y para los que no navegan, el piloto.
Platón
Si el automóvil hubiera seguido el mismo ciclo de desarrollo que el ordenador, un Rolls-Royce costaría hoy cien dólares, alcanzaría un millón de millas por galón... y explotaría una vez al año, matando a todos sus ocupantes.
Robert X. Cringely
El liberal, aún para dar busca ocasión.
Séneca
Dormí en castillos y me enamoré porque me enseñaron a soñar.
Taylor Swift