Compartimos un enemigo común, pero ¿nos convierte eso en amigos?
Veronica Roth
Y se sale Hamilton.
Antonio Lobato
Ahora apareces, resucitada tú entre todas las muñecas, con vestido de alma, a poblar mi jardín de niños muertos que juegan con la noche al escondite.
Beatriz Villacañas
Lo bueno de los libros es que puedes cerrarlos siempre que se te antoja.
Cornelia Funke
La verdadera medida de nuestra valía se compone de todos los beneficios que los demás han obtenido de nuestro éxito.
Cullen Hightower
Lo que perturba a los hombres no son precisamente las cosas, sino la opinión que de ellas se forman.
Epicteto
Podría decir cosas interesantes si dijera lo contrario de lo que piensa.
Fernando Arrabal
La actitud lo es todo, Robbie estaba convencido de ello. Lo fundamental es no rendirse nuca, no perder la esperanza.
Fernando Trujillo Sanz
Ni la comodidad, ni el bienestar material, ni la riqueza, ni el poder en el sentido tradicional constituyen los objetivos del superhombre.
Friedrich Nietzsche
El fuego siempre ha sido y, al parecer, seguirá siendo siempre, el más terrible de los elementos.
Harry Houdini
En los rostros de aquellos que conocimos de jóvenes reconocemos lo viejos que nos hemos vuelto.
Heinrich Böll
No se sirva pues de ese elevado término de ideal cuando tenemos para eso, en el lenguaje habitual, la excelente expresión de mentira.
Henrik Ibsen
Su consejo a todos los irlandeses era: permaneced en la tierra que os vio nacer y trabajad por Irlanda y vivid por Irlanda. Irlanda, dijo Pamell, no podía prescindir de uno solo de sus hijos.
James Joyce
La única intención de la vida es servir al género humano.
León Tolstói
No pedimos la existencia; pero con el hecho de vivir, aceptamos la vida. Aceptémosla, pues, sin monopolizarla ni quererla eternizar en nuestro beneficio exclusivo; nosotros reímos y nos amamos sobre la tumba de nuestros padres; nuestros hijos reirán y se amarán sobre la nuestra.
Manuel González Prada
El principal recurso del orador político no son las pruebas ni los argumentos, como en un juicio o en una conferencia, sino las emociones.
Ricardo García Damborenea