Si yo gano, gano para todo nuestro pueblo; si pierdo, pierdo sólo a mí mismo.
Vasil Levski
Pocas veces pensamos en lo que tenemos; pero siempre en lo que nos falta.
Arthur Schopenhauer
Vivir para los demás no es solamente una ley de deber, sino también una ley de felicidad.
Auguste Comte
Pues no hay cosa más desasosegada que el ánimo insatisfecho de sí mismo.
Erasmo de Róterdam
Un pueblo que considera a la naturaleza como su dios, no puede ser un pueblo libre.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Cuando una obra parece adelantada a su tiempo, es sólo que el tiempo está detrás de la obra.
Jean Cocteau
Romantica nací y nunca cambiare con todas mis virtudes y defectos ya lo se aunqe con mi soledad no le temo al reloj me siento realizada y feliz tal como soy.
Jenni Rivera
Es un axioma que aquel a quien todos conceden el segundo lugar, tiene méritos indudables para ocupar el primero.
Jonathan Swift
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez
¿Por qué creemos que vivimos nuestras vidas -dije, al fin-, cuando son nuestras vidas las que nos viven a nosotros?
Matilde Asensi
La fuerza de los valientes, cuando caen, se pasa a la flaqueza de los que se levantan.
Miguel de Cervantes
¿Qué haría un hombre, si se ve obligado a vivir siempre en el calor sofocante de la sociedad, y nunca podría bañarse en la fría soledad?
Nathaniel Hawthorne
El diseño y la arquitectura se hallan en una profunda crisis. Corren el peligro de hacerse cómplices de las modas. Ya no se derivan del argumento y el razonamiento fundado, como la ciencia y la técnica, sino de la veleidad, del azar estético de que en cada momento se dé en reverenciar un arte y fustigar otro.
Otl Aicher
Para hacer el amor se necesitan, como mínimo, dos personas; resulta mejor si al menos una de ellas es real.
Sandro Centurión
Como hay talentos refinados por el estudio, hay tontos entontecidos por desuso.
Santiago Ramón y Cajal
El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.
Séneca