En el perdón de las injurias consiste la gloria y el deber; en la longanimidad reposa el mundo.
Valmiki
El mundo no existe sólo para mí. El porcentaje de cosas amargas que me sucedan no variará. Yo no puedo decidirlo. Por eso, comprendí que es mejor ser alegre.
Banana Yoshimoto
A medida que pasaban los subvertigueros les rompían en la cabeza globitos de cristal muy delgado llenos de agua lustral y les hincaban en los cabellos bastoncillos de incienso encendidos que ardían con llama amarilla en los hombres y violeta en las mujeres.
Boris Vian
Recuerdo lo que no quisiera, y no puedo olvidar lo que quisiera.
Cicerón
La vida Silvestre no es un lujo sino una necesidad del espíritu humano, y es vital para nuestras vidas como el agua y el buen pan.
Edward Abbey
No hay belleza sin algo extraño en sus proporciones.
Francis Bacon
No hay ninguna satisfacción en ahorcar a un hombre que no se oponga a ello.
George Bernard Shaw
Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar.
Hipatia de Alejandría
El simple observar requiere una claridad asombrosa; de lo contrario, no es posible observar.
Jiddu Krishnamurti
No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal, no se adquiere.
José Ingenieros
La noche de Navidad es la noche de las resurrecciones y de los recuerdos. Los niños, al dormirse en sus cunas, quedan confiados en el espíritu misterioso que bajará durante el sueño para llenar de dulces y juguetes los botines nuevos que han dejado a propósito en la chimenea.
Manuel Gutiérrez Nájera
El 'Balón de Oro' se lo hubiera dado a Raúl y en la clasificación estarían Rivaldo y Figo.
Raúl González Blanco
Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue a Ayrton, llorando, como si fuera él el del accidente.
Rubens Barrichello
Todo buen arte es una indiscrección.
Tennessee Williams
En la fama de los héroes se encuentra un cuarto de audacia, dos cuartos de destino, y el otro cuarto de sus crímenes.
Ugo Foscolo
El templo del amor, no es el amor en sí. El verdadero amor es el tesoro, no las paredes a su alrededor.
Yalal ad-Din Muhammad Rumi