Al sexo sólo le ponen objetivo los que pretenden algo. Ni siquiera el orgasmo y muchísimo menos la penetración son un objetivo digno del sexo.
Valérie Tasso
No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados.
Achille Tournier
Hay una ciencia que debe ocupar toda la vida del hombre, desde que su razón despierta hasta que deja de vivir: tal es la moral o ciencia de la conducta, la más práctica e interesante de todas, pues de su conocimiento y aplicación depende que la humanidad avance o retroceda.
Alberto Masferrer
Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos.
Alfred Adler
El lenguaje es lo más intrascendente, superficial e inestable, y su encanto se desvanece por completo cuando se advierte la intención en su manejo.
Bertolt Brecht
Me gusta Ciencias y Deportes. Ah, y me encanta Artes, pero soy malísimo para eso. Soy pésimo dibujando. No puedo dibujar un círculo. Aunque tenga una regla, no puedo trazar una línea derecha.
Daniel Radcliffe
Vé por el camino que desees, que la marea de la maldad te hunda y te entierre.
Frida Kahlo
Le parecía que sólo ahora, en que empezaba a poder formular sus propios pensamientos, era cuando habían dado su paso definitivo.
George Orwell
Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.
Goethe
La envidia es un buitre que se alimenta de sus propias entrañas.
Ignacio Manuel Altamirano
La mayor parte del tiempo, al no unirse a palabras, mis pensamientos quedan en nieblas.
Jean-Paul Sartre
Salud e inteligencia son las dos bendiciones de esta vida.
Menandro
La libertad de los demás, lejos de ser un freno para la mía, la prolonga hasta el infinito.
Mijaíl Bakunin
Toda la dicha que hay en este mundo, toda, proviene de desear que los demás sean felices; y todo el sufrimiento que hay en este mundo, todo, proviene de desear ser feliz yo.
Shantideva
Un examen debe ser aprobado por todos los hombres. Porque tenemos algunos ejemplos: un hombre de hoy, mañana, un burro.
Vasil Levski
Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.
Voltaire