Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera.
Umberto Eco
A los que me prestasteis vuestro corazón, a los que me seguisteis, a quién sino.
Alejandro Sanz
No hay prueba de un virtuoso, como aborrecer el vicio.
Alonso de Barros
Es grande locura por parte del marido exigir de su mujercastidad, cuando él está encenagado en los vicios; el marido debe mantenerse en el mismo estado que quisiera para su mujer.
Brantôme
De pequeño quería ser una valkiria, hasta que descubrí que erais todas mujeres.
Chris Hemsworth
Quien al poder se acoja de un malvado, será, en vez de feliz, un desdichado.
Félix María de Samaniego
La naturaleza puede ser corregida, enmendada, pues de no ser así quedaríamos sepultados bajo los prejuicios. Sin eso no habría ni un solo gran hombre.
Fiódor Dostoyevski
Todos los cementerios del mundo están llenos de gente que se consideraba imprescindible.
Georges Clemenceau
¡Oh, inútil desengaño, cuán tarde llegas al remedio mío!
Juan de Arguijo
Lo importante es que el sexo no haya sido únicamente una cuestión de sensación y de placer, de ley o de interdicción, sino también de verdad y de falsedad, que la verdad del sexo haya llegado a ser algo esencial, útil o peligroso, precioso o temible; en suma, que el sexo haya sido constituido como una apuesta en el juego de la verdad.
Michel Foucault
Tras anunciar que dejaría de vivir en la isla de Ibiza porque el cantante James Blunt se mudó al lado: Soy una estrella del rock y hago lo que me da la puta gana.
Noel Gallagher
La raza judía era como yo la sospechaba, como la tenía en la imaginación, como la había leído en Shakespeare y otros poetas.
Pedro Antonio de Alarcón
Al burro muerto, cebada al rabo.
Proverbio
Sólo podemos llevarnos a la tumba la satisfacción de haber hecho lo mejor.
Raymond Carver
Dar el Premio Linus Torvalds a la Free Software Foundation es casi como dar el Premio Han Solo Award a la Alianza Rebelde.
Richard Stallman
Estos artículos tan anunciados -dentífricos, calcetines, neumáticos, cámaras fotográficas, calentadores de agua- eran para él símbolos y pruebas de excelencia; primero los signos, luego los sustitutos de la alegría, de la pasión, del sentido común.
Sinclair Lewis