Tus senos son flores sin tiestos y punzan frambuesas con sabor de leche.
Tristan Tzara
El buen cristiano se guardará del astrólogo y todos aquellos que hacen profecías vacías, sobre todo si aciertan. Se corre el peligro de que hayan hecho un pacto con el diablo para engañar al espíritu y confinar al hombre en el infierno.
Agustín de Hipona
Llévate en los harapos de tu negra camisa los combates del hombre y su anheloincapaz, echa polvo en la lengua y en el alma ceniza, ¡porque ha errado la vida sus ensayos de paz!
Alfonso Cortés
Sin trabajo no hay talento excepcional ni genios.
Dmitri Mendeléyev
Él sabía que el porvenir era un retroceder veloz hacía la muerte y la muerte el estado perfecto, el momento precioso en que el hombre recuperaba plenamente su otra memoria.
Elena Garro
La mejor forma para recibir insultos es sometiéndose a ellos. Si el hombre respeta, será respetado.
Henry Hazlitt
La ecuación es sencilla: quien tiene dinero, come y vive; quien no lo tiene, se queda inválido o muere.
Jean Ziegler
He mirado a las rosas y me he acordado de ti.
Juan Ramón Jiménez
Cada escritor tiene la cara de su obra.
Julio Ramón Ribeyro
A la mala costumbre de hablar de uno mismo y de los propios defectos hay que añadir, como formando bloque con ella, ese otro hábito de denunciar, en los caracteres de los demás, defectos análogos a los nuestros.
Marcel Proust
Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil.
Marilyn Monroe
Justo en el momento en el que todo está saliendo bien y tienes tu sueño casi al alcance de la mano, hay que estar más atento que nunca. Porque, cuando casi lo hayas conseguido, vas a tener un enorme sentimiento de culpa.
Paulo Coelho
Las cosas simples son las más extraordinarias y sólo los sabios consiguen verlas.
No hay en todo el mundo cavernas que puedan ocultar a un malvado. Para el que comete un crimen, toda la tierra es de vidrio.
Ralph Waldo Emerson
La virtud no necesita de adornos extraños; ella tiene en si misma su máximo ornato.
Séneca
Las apariciones no dejan de ser impresiones sensoriales activadas.
Virgilio Olano